Hay que reconocer que no me considero de la “vieja escuela”, pero como han cambiado las cosas en apenas unos años, de aquellos tiempos que limpiábamos los tableros de las canastas al aire libre para que la goma del balón no hiciera un efecto “raro”, de limpiar los bancos, repartir las equipaciones, sacar mesas y sillas para los oficiales, los balones, mirar el cielo cada dos por tres, por la TV, el teletexto, llamar, etc. y mil y una gestiones antes de un partido de………. Infantiles, y tengo claro que ese “sacrificio” era correspondido por cada uno de los chic@s con su asistencia, responsabilidad, humildad, trabajo, honestidad, puntualidad, y un largo etc. que me ha llevado a pensar en lo afortunados que éramos los entrenadores que solo teníamos que entrenar, sin luchar con una sociedad cada día más sedentaria, que les cuesta valorar lo que tienen, muy exigente para los detalles, con muchos derechos y pocas obligaciones….. Qué tiempos aquellos y no han pasado tantos años………
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